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Bitcoin: cinco preguntas para entender qué está pasando


 
Hay anuncios de empresas que facilitan la compra de bitcoin en las marquesinas de Madrid. Y cuñas de publicidad en algunos programas de radio. Parece el equivalente moderno a la famosísima anécdota del limpiabotas de Joe Kennedy: cuenta la leyenda que el patriarca de la familia de políticos más famosa de la historia de EEUU vendió todas sus acciones poco antes del crack del 29 tras recibir, una mañana, un consejo de compra mientras sacaba lustre a sus zapatos: "Si hasta este tipo habla de Bolsa", vino a pensar, "es que ha llegado el momento de venderlo todo".

El problema con estos tópicos es que siempre tienen una parte de verdad, pero también pueden llevarnos a meterlo todo en un mismo saco, por muy diferentes que sean las historias. Escucha uno hablar de bitcoin a 40.000 euros (llegó a superar los 47.000 hace unos días) y recuerda los 359 euros que valía hace sólo cinco años o los 8.000 euros a los que cotizaba hace seis meses. Y las imágenes de burbujas pasadas se suceden en nuestra cabeza: de los tulipanes a la Gran Depresión, pasando por la Bolsa japonesa, que se ha tirado 30 años sin recuperar sus máximos de finales de los 80.

Con todas las cautelas del mundo, sabiendo que aquí lo más sencillo sería no decir nada y esperar a los acontecimientos, en Libre Mercado hemos preparado una pequeña guía sobre lo ocurrido en los últimos meses y lo que está por llegar. Con algunas de las claves y las dudas que presenta el activo de moda. Hay gente muy humilde (no sabemos si también algún limpiabotas) que se ha hecho de oro con esto. También están los que han perdido un dineral. En medio, los que miran asombrados la cotización y se culpan por no haber escuchado a ese amigo que en 2016 les aconsejó meter unos eurillos en la criptomoneda. 
¿Es el bitcoin una burbuja? Veamos...

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1 - ¿Es el bitcoin una burbuja?: la pregunta del millón. Por supuesto, no sabemos la respuesta. Si lo supiéramos, nos haríamos ricos. Tanto si la contestación es positiva como negativa. Sólo tendríamos que apostar a qué iba a suceder.

Las burbujas lo son cuando explotan. Y aquí hay un apunte importante: bitcoin ha explotado ya varias veces. ¿Qué queremos decir? Que en varias ocasiones ha sufrido subidas vertiginosas en unos meses seguidas de caídas muy fuertes en su cotización que parecían anticipar el fin de la criptomoneda (o, al menos, el fin de su éxito a gran escala). A finales de 2017, cotizaba a más de 17.000 euros; unos meses más tarde, se había desplomado por debajo de los 3.000. Y miren ahora dónde está.

Es verdad que en todas las burbujas conocidas, las que hemos estudiado en los libros (tulipán, crack del 29, Compañía de los Mares del Sur, etc.), hubo momentos de rebote: caídas momentáneas seguidas de nuevas subidas... hasta el batacazo final. Pero nunca un desplome del 80% desde el pico, como vivió bitcoin a lo largo de 2018, seguido por una recuperación como la que se ha producido desde hace dos años.

2 - Y lo ocurrido en los últimos tres meses, ¿es una burbuja?: esto es otro tema. Puede haber activos que se vuelvan más valiosos (en el sentido de que más usuarios-consumidores comienzan a demandarlos, presionando al alza el precio) y en los que se mezcle esa subida de precio impulsada por sus fundamentales a una cierta actividad especulativa. Esa combinación de inversores a largo plazo y a corto, que simplemente apuestan por lo que hará el precio en los próximos días, semanas, meses.

En este caso, el problema se complica: ¿cuánto de la subida se debe a cada efecto? ¿cuál es su verdadero valor a largo plazo? ¿cuánto tardará el mercado en reconocer ese valor? De hecho, escribimos cada palabra con cierto miedo porque hablar de "valor" (un concepto subjetivo) en términos objetivos siempre es peligroso.

Para lo que aquí nos importa, la respuesta es que "podría ser que sí": es decir, es compatible que el bitcoin sea un éxito a largo plazo con un desplome de su cotización a corto que refleje el miedo o las apuestas contrarias de los que simplemente han tratado de aprovechar la moda de las últimas semanas.

3 - ¿Qué tipo de activo es el bitcoin?: quizás ésta sea la pregunta más importante. O al menos la que sería más importante tener claro desde el principio, para luego tomar una decisión. Pero no todos los inversores se han parado un minuto a reflexionar sobre el tema.

Bitcoin es más parecido a una casa que a un bono. Porque no hablamos de un activo financiero, sino de un activo real. Bitcoin no tiene nada detrás. Cuando uno compra una acción, en realidad está adquiriendo un título que le da derecho a una parte alícuota de la propiedad de una empresa: es un activo financiero, respaldado por un activo real, y que te otorga los derechos que la ley reserva a los propietarios de las empresas. Por su parte, un bono es un título de deuda: un activo financiero que da derecho al poseedor a exigir un pago, con unas ciertas condiciones, al emisor del bono.

Cuando uno compra una casa, un cuadro o un lingote de oro, no tiene derecho a nada. Lo que tiene es lo que ha comprado. Lo puede usar, si lo desea. Y puede venderlo en el futuro, con ganancias o pérdidas, si encuentra un comprador.

Normalmente, asociamos los activos reales a algo físico y los activos financieros a un apunte contable. Quizás por eso, en el caso del bitcoin (un bien sin entidad física), muchos inversores se acercan a la criptomoneda con una mirada más parecida a la que dedican a las acciones que a la destinada a las joyas o el oro. Si uno sólo quiere comprar y vender a muy corto plazo, la operativa, costes o movimientos del mercado financiero puede que sean parecidos. Pero en lo que respecta a su naturaleza, no tienen mucho que ver.

Eso sí, en este epígrafe hablamos de los bitcoin, no de los posibles activos financieros (derivados, futuros...) referenciados a esta criptomoneda que pueda haber ya en el mercado o que vayan creándose en el futuro próximo. Para este tipo de activos las reglas son las mismas que para los que toman como referencia un índice, una acción, una divisa, el precio del crudo o cualquier otro activo.

4 - ¿Y la comparación con el euro?: pues tampoco es muy precisa. El euro, como el resto de monedas fiat, es un activo financiero. En este caso, un activo para su poseedor y, al mismo tiempo, un pasivo del Banco Central Europeo. Un pasivo peculiar, porque no tiene un cupón y porque no está claro a qué da derecho al poseedor si se presenta en Fráncfort, en las oficinas del BCE, a reclamar que le den algo a cambio. Pero, incluso así, aceptamos que un pasivo del BCE.

Enfrente, bitcoin es, como ya hemos apuntado, un activo real. De hecho, si acaso podríamos decir que el bitcoin pretende sustituir o complementar al oro como dinero no sostenido por los estados.

5 - ¿Cuánto valdrá un bitcoin dentro de 5 años?: eso no lo sabe nadie. Pero tanto si se dispara a un millón de dólares como si vuelve a los 500 dólares, será una historia apasionante. O si dejamos de hablar de bitcoin en términos de dólares: ése sería la mayor prueba de su éxito, que algún día dejemos de pensar en el bitcoin como "cuántos dólares me darán por un bitcoin" y simplemente midamos nuestra riqueza en función de cuántos bitcoin tenemos en nuestra cartera. 


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